Si tuviéramos que decir algo sobre Bonberenea, diríamos que es nuestra casa. Hemos cumplido un año más en esta casa, en nuestra casa, en este espacio que hemos hecho nuestro. ¡Ya hemos cumplido 24 años y seguimos trabajando duro como siempre!
Esta casa continúa con la dinámica de siempre, aunque en esta época de pandemia hemos tenido que adaptar un poco el funcionamiento. El proyecto surgió en una época en la que no había dinámica cultural en el entorno, y ocupamos el lugar como motor para garantizar la actividad cultural. Hoy en día, seguimos adelante con esa intención. La casa ha sufrido continuas transformaciones, las nuevas generaciones se han ido incorporando, y eso es un reflejo de nuestros cambios.
Los cambios siempre ocurren y dentro de estas paredes los cambios significan algo nuevo. En el caso de este año hemos renovado instalaciones eléctricas, cambiando los cables viejos por nuevos, la iluminación de los accesos a las instalaciones, el tejado de la txabola y como todos los años la casa también se ha llevado su mano de pintura tanto en interior como en exterior. Además, la cultura hay que hacerla a color y pintamos nuestras paredes a color: cuando el otoño empieza ya a convertirse en invierno, hemos pintado el tiempo gris con graffitys de colores.